En este corto camino recorrido sin leche, me he encontrado con personas que además de darme toda su energía, me han ayudado a aprender sobre la APLV y sus implicaciones. Entre ellas destaco a Natalia R cuyo hijo de dos años sufre diversas alergias alimentarias. Conversando con ello sobre datos de alimentos, me comentó que la leche no sólo se nombra como tal o como lácteo en los ingredientes de los productos, sino también tiene otras denominaciones. Acá varios ejemplos de las mil formas de nombrar la leche de vaca en el etiquetado.
La advertencia que me dio Natalia, no sólo me abrió una nueva perspectiva sobre la APLV, sino también me demostró que estaba cometiendo errores al elegir ciertos productos que asumía eran absolutamente innocuos, ya que en el etiquetado no se registraba ni la palabra "leche", ni "lácteo" en cualquiera de sus formas.
No obstante, ella me afirmó, que por ejemplo todos los panes tanto de supermercados como panadería contenían leche, al igual que el jamón en todos sus tipos. Una prueba de ello era que, por ejemplo, el pan pita integral que asumía no la tenía (por más que leí mil veces la etiqueta), nombraba entre sus componentes el "ácido lácteo", clara señal que si había un derivado de la leche en él.
De hecho encontré un folleto de la organización Immunitas Vera sobre la APLV, que orienta sobre este aspecto y señala que hay otros compuestos como los caseinatos de calcio, junto con la riboflavina o lactoflavina, el lactato sódico, lactitol, entre otros que generan dudas respecto a su origen, por lo tanto es mejor abstenerse de consumir alimentos que los contengan o preguntar la productor respecto al origen.
Lo interesante de la información que entrega este organismo es que no sólo alimentos pueden contener leche, sino también medicamentos, cosméticos y hasta productos de higiene.
Uf! al final la cuesta era más empinada de lo que pensaba.
¡Vamos que se puede!
Los mil nombres de la leche de vaca
La advertencia que me dio Natalia, no sólo me abrió una nueva perspectiva sobre la APLV, sino también me demostró que estaba cometiendo errores al elegir ciertos productos que asumía eran absolutamente innocuos, ya que en el etiquetado no se registraba ni la palabra "leche", ni "lácteo" en cualquiera de sus formas.
No obstante, ella me afirmó, que por ejemplo todos los panes tanto de supermercados como panadería contenían leche, al igual que el jamón en todos sus tipos. Una prueba de ello era que, por ejemplo, el pan pita integral que asumía no la tenía (por más que leí mil veces la etiqueta), nombraba entre sus componentes el "ácido lácteo", clara señal que si había un derivado de la leche en él.
Y yo que creía que lo estaba haciendo bien... |
De hecho encontré un folleto de la organización Immunitas Vera sobre la APLV, que orienta sobre este aspecto y señala que hay otros compuestos como los caseinatos de calcio, junto con la riboflavina o lactoflavina, el lactato sódico, lactitol, entre otros que generan dudas respecto a su origen, por lo tanto es mejor abstenerse de consumir alimentos que los contengan o preguntar la productor respecto al origen.
Lo interesante de la información que entrega este organismo es que no sólo alimentos pueden contener leche, sino también medicamentos, cosméticos y hasta productos de higiene.
Uf! al final la cuesta era más empinada de lo que pensaba.
¡Vamos que se puede!
GRACIAS POR LA INFORMACION, YO TAMBIEN PENSE QUE LO ESTABA HACIENDO BIEN
ResponderEliminarGRACIAS POR LA INFORMACION, YO TAMBIEN PENSE QUE LO ESTABA HACIENDO BIEN
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