Me encanta salir a comer fuera de casa. Para mí es una excelente forma de relajarme, cambiar de aire y probar nuevos sabores. Sin embargo, desde que dejé los lácteos y sus derivados, la elección de un restaurante dejó de ser sencilla (partiendo de la base que no me interesa comer sólo ensalada). En este sentido una apuesta segura es ir a un local vegano, que fue exactamente lo que hice la semana pasada cuando estuve en Santiago. ¿Mi destino? El Vegan Bunker del Barrio Italia. Acá te cuento qué me pareció.
El Vegan Bunker está ubicado en la esquina de Fresia con Tegualda, en pleno Barrio Italia. Su interior está dividido en dos secciones, una con mesas más pequeñas y otra con otras en las que caben alrededor de 6 personas o más, y decorado con banderines e ilustraciones en la muralla.
Si bien su carta está centrada en sandwichería y jugos naturales, a la hora de almuerzo hay un menú que incluye una ensalada, plato de fondo y un jugo por $4.000 . Cuando fui (con mi hermana Tere, prima Su, Leti y Pedrito) el plato principal era calabacín relleno con arroz. No obstante, nosotras optamos por los sándwich y hamburguesas, obviamente todos sin ningún tipo de derivado animal.
En mi caso elegí el Alí ($2.500), que tenía una especie de hamburguesa de zapallo italiano, hummus, rúcula, mayonesa de soya y le agregué palta por $300. Además tomé una limonada con albahaca.
Como nosotras llegamos temprano -abre a las 13 a la hora de almuerzo, aunque también sirve desayunos* y onces- el servicio fue rápido, ya que todavía no estaba muy lleno. No obstante, mi prima que se sumó más tarde, tuvo que esperar un largo rato para que llegara el suyo (otro sándwich).
¿El sabor? A mi me gustó la combinación de sabores, me pareció muy sabrosa, a pesar de que el pan no estuviera muy caliente. Respecto a la limonada la encontré ideal para un día de calor, refrescante y no muy dulce.
Un aspecto interesante del Vegan Bunker es que tiene un gran aparador de pastelería vegana. Por lo que aproveché de calmar mi antojo de chocolate y pedí una torta de chocolate, aunque también cucharié el pie de naranja - chocolate de mi hermana, y la torta de panqueque naranja de Leti.
Mi elección me pareció bien lograda dentro de la gran cantidad de crema de chocolate que tenía. Mientras que la torta de panqueque naranja estaba rica, pero un poco seca para mi gusto. A diferencia del pie de naranja - chocolate que tenía el mejor equilibrio entre dulce - amargor, y "remojo".
¿Los puntos altos? La comida. Sabrosa y con interesantes combinaciones, que nos abren un mundo de sabores y posibilidades culinarias sanas y naturales.
¿Los puntos débiles del lugar? Sin duda el servicio. No tengo idea por qué, pero uno piensa que las personas que adscriben al veganismo o similares son más relajadas y conectadas con los otros. No obstante, en el Vegan Bunker pareciera que fuera todo lo contrario. En varios momentos sentimos la hostilidad -con dejo de ironía ante ciertas preguntas de nosotras- de la joven que nos atendió, lo que enturbió nuestra estadía.
De hecho, llegaba a ser divertido, porque por segundos le salía "lo simpática", pero acto seguido volvía la "agresiva - pasiva".
¿Tenedores? Un 6 de 7, si hacemos prevalecer la comida por el servicio. Si fuera lo contrario, cae estrepitosamente a 5.
¿Dónde queda? Fresia 529, Providencia, Santiago.
¿Horario? Martes-Viernes: 13:00-20:30 / Sábado: 13:00-20:00 *En su fanpage en Facebook anuncian se abrirán antes de este horario para que puedas ir a tomar desayuno, el sábado por ejemplo.
¿Precios? Lo más caro que vi en la carta es el menú por $4.000. Los sándwich cuestan todos alrededor de $2.500. También hay completos con vienesa de soya por $1.500, y toda la sección jugos cuesta alrededor de $1.500 - $1.800 app. Para que se hagan una idea lo que comimos las 4 salió alrededor de $22.500.
¿Medios de pago? Sólo efectivo y se paga directo a la caja. No llevan la cuenta a la mesa.
Y tú ¿irías?
Vegan Bunker
El Vegan Bunker está ubicado en la esquina de Fresia con Tegualda, en pleno Barrio Italia. Su interior está dividido en dos secciones, una con mesas más pequeñas y otra con otras en las que caben alrededor de 6 personas o más, y decorado con banderines e ilustraciones en la muralla.
Si bien su carta está centrada en sandwichería y jugos naturales, a la hora de almuerzo hay un menú que incluye una ensalada, plato de fondo y un jugo por $4.000 . Cuando fui (con mi hermana Tere, prima Su, Leti y Pedrito) el plato principal era calabacín relleno con arroz. No obstante, nosotras optamos por los sándwich y hamburguesas, obviamente todos sin ningún tipo de derivado animal.
Ejemplo de plato de fondo del menú |
Un ejemplo de sándwich: el Manoly que tiene Pan frica,hamburguesa de poroto negro,guacamole,lechuga,mayonesa de la casa y nachos (que asumo no son los de bolsa porque esos tienen leche) |
En mi caso elegí el Alí ($2.500), que tenía una especie de hamburguesa de zapallo italiano, hummus, rúcula, mayonesa de soya y le agregué palta por $300. Además tomé una limonada con albahaca.
Como nosotras llegamos temprano -abre a las 13 a la hora de almuerzo, aunque también sirve desayunos* y onces- el servicio fue rápido, ya que todavía no estaba muy lleno. No obstante, mi prima que se sumó más tarde, tuvo que esperar un largo rato para que llegara el suyo (otro sándwich).
¿El sabor? A mi me gustó la combinación de sabores, me pareció muy sabrosa, a pesar de que el pan no estuviera muy caliente. Respecto a la limonada la encontré ideal para un día de calor, refrescante y no muy dulce.
Un aspecto interesante del Vegan Bunker es que tiene un gran aparador de pastelería vegana. Por lo que aproveché de calmar mi antojo de chocolate y pedí una torta de chocolate, aunque también cucharié el pie de naranja - chocolate de mi hermana, y la torta de panqueque naranja de Leti.
Mi elección me pareció bien lograda dentro de la gran cantidad de crema de chocolate que tenía. Mientras que la torta de panqueque naranja estaba rica, pero un poco seca para mi gusto. A diferencia del pie de naranja - chocolate que tenía el mejor equilibrio entre dulce - amargor, y "remojo".
¿Los puntos altos? La comida. Sabrosa y con interesantes combinaciones, que nos abren un mundo de sabores y posibilidades culinarias sanas y naturales.
¿Los puntos débiles del lugar? Sin duda el servicio. No tengo idea por qué, pero uno piensa que las personas que adscriben al veganismo o similares son más relajadas y conectadas con los otros. No obstante, en el Vegan Bunker pareciera que fuera todo lo contrario. En varios momentos sentimos la hostilidad -con dejo de ironía ante ciertas preguntas de nosotras- de la joven que nos atendió, lo que enturbió nuestra estadía.
De hecho, llegaba a ser divertido, porque por segundos le salía "lo simpática", pero acto seguido volvía la "agresiva - pasiva".
¿Tenedores? Un 6 de 7, si hacemos prevalecer la comida por el servicio. Si fuera lo contrario, cae estrepitosamente a 5.
¿Dónde queda? Fresia 529, Providencia, Santiago.
¿Horario? Martes-Viernes: 13:00-20:30 / Sábado: 13:00-20:00 *En su fanpage en Facebook anuncian se abrirán antes de este horario para que puedas ir a tomar desayuno, el sábado por ejemplo.
¿Precios? Lo más caro que vi en la carta es el menú por $4.000. Los sándwich cuestan todos alrededor de $2.500. También hay completos con vienesa de soya por $1.500, y toda la sección jugos cuesta alrededor de $1.500 - $1.800 app. Para que se hagan una idea lo que comimos las 4 salió alrededor de $22.500.
¿Medios de pago? Sólo efectivo y se paga directo a la caja. No llevan la cuenta a la mesa.
Y tú ¿irías?
(Fotos gentileza de Vegan Bunker)
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